Es justo decir que, incluso antes de la pandemia global de COVID-19, las expectativas de los clientes se estaban volviendo cada vez más demandantes. Con un cultura bajo demanda y sin efectivo que ahora dicta la manera en que funcionará la industria minorista (y, de hecho, todas las industrias) en los próximos años, todos los puntos de contacto deben centrarse en brindar una experiencia sin interrupciones. Hoy en día, la calidad, velocidad y personalización son tan importantes como el precio.
Para complicar aún más las cosas, la COVID-19 aceleró rápidamente el comportamiento en línea de los consumidores en hasta cinco años en el período de solo 5 semanas. Entonces, para proteger los ingresos, mejorar la experiencia del ciente y desplazar a los disruptores emergentes, los minoristas están volviendo a pensar en el trayecto del cliente de principio a fin para impulsar las conexiones emocionales y la fidelidad de la marca. Además, están usando datos para ofrecer experiencias a la medida como nunca antes lo han hecho. Esto de debe a que, a diferencia de otras industrias que quizás puedan regresar a un modelo operativo previo a la COVID-19, el sector minorista ha cambiado para siempre.
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Coreen Merryweather, Director de Cuenta sénior de Blue Prism
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